UN DESEO…
Tengo como hábito tomar un lápiz y escribir pensamientos,
nombres, palabras, estrofas de canciones que me encuentre repitiendo
mentalmente. Es una manera entretenida de matar el aburrimiento mientras
espero, hablo por teléfono o tengo que escuchar algo que no es de mi interés.
Creo que algunos de esos escritos dejado descuidadamente en algún lugar, donde
alguien pudo acceder, me expuso a la situación que relataré y que es tan
extraña como excitante.
Hace un tiempo mi hermana me regaló una serie de libretas
que habían dado de baja en su trabajo y que ella guardó para mí, eran de hojas
blancas y espirales, porque no solo escribo, sino que además hago dibujos y
figuras que achuro con lápices de tinta. Tengo una debilidad por los lápices,
los cuadernos o libretas, tengo muchas, pero nunca son suficientes.
Con ellas me dí a la tarea de escribir cuanto deseo se me
ocurriera, había leído en alguna parte que si escribías tus deseos te
focalizarías en ellos y tu cerebro se daría a la tarea de cumplirlos y había
otra versión que hablaba de “decretar” por medio de escribir estos, mezcle todo
e hice mi propia teoría, escribiría por si algo mágico pasaba.
A veces nos reunimos con mis amigas, cuando esto sucede les
saco el máximo provecho en una de estas juntas conversamos de sueños sexuales
no cumplidos, entre unos tragos y la confianza propia de los años de conocernos
salieron los más libidinosos sueños que podrán imaginar; tríos, cuartetos,
orgías ,disfraces ,uniformes ,lugares.
Consumimos las horas hasta el amanecer, despidiéndonos con
el compromiso de una nueva reunión y con la tarea de cumplir al menos un deseo
durante el mes, era un gran desafío.

Esa noche revisé la libreta y releí mi deseo: “Quiero
encontrarte como si fueras un desconocido, vestido de terno, un sombrero de
medio lado que sólo delinee tu rostro, yo llevaré un vestido liviano sobre el
una paschmina. Será de noche, cuando vaya sola a mi casa, caminaré y al sentir
tus pasos tras de mí, enlenteceré mi andar solo para encontrarte, subiré las
escaleras de ese largo pasaje, te miraré avanzar desde el primer descanso,
levantarás la cabeza y bajo el sombrero podré ver como la luz da en tu perfil,
te conozco, sé quién eres y cuál es tu intención, seguiré subiendo y jadeando
por el esfuerzo y la excitación de esta cacería. Al llegar a un poste de luz
que nada ilumina me apoyaré a esperar tu encuentro, caminarás lento con la
cabeza baja sin mostrar tu rostro, llegarás a mí, me atraparás entre el poste y
el muro. Me dejaré cazar. Mientras nuestras bocas se encuentran, te besaré
hasta que nuestros labios se separen con dolor y pasión, tus manos subirán
violentamente mi vestido, mientras tu boca muerde mi hombro. Yo besaré tu
cuello, mis manos entrarán en tus cabellos, en tanto la otra buscará con ímpetu
tu sexo, que ya lo sentiré erecto y caliente. Tomaré todo lo que encuentre a mi
paso y lo estimularé hasta sentirte gemir, bajaras por mi hombro hasta mis
pechos, mientras mi pashmina se desliza hasta caer y mi vestido se abre
irreverente. Morderás mis pezones latentes, mientras yo me esfuerzo en mantener
el ritmo en tu sexo, tus dedos entrarán en mis calzones corriéndolos hacia un
lado mientras yo en un gesto cachondo me muevo para levantar mi pierna
apoyándola en el poste. Te expongo y entrego esta fruta que se presenta jugosa
y dispuesta, tus dedos juegan a entrar y salir, pero no es suficiente, te
quiero más apasionado, más caliente, gírame, me tomarás por la espalda, yo solo
me apoyaré en el muro y podrás entrar.
Quiero que sean embestidas fuertes constantes, te quiero
poderoso, poseedor. Mientras, yo apoyo mi cara sobre el helado muro y mis manos
golpean en el llevando el ritmo del placer ¡será delicioso! Terminaremos juntos
y me apretarás contra ti para que sienta como tiemblas en el orgasmo. Nos
besaremos y te iras como viniste, como una sombra.
Era mi deseo… ¿Cómo
se cumpliría? no lo sé. A veces las cosas más increíbles se vuelven realidad,
esa noche repasar mi deseo estimuló mi mente y el autoplacer es una forma
exquisita de calmar la pasión. No tengo pudor ni prejuicios en esto por lo que
luego de la plenitud vino el descanso merecido.
Me preparé para recibir a Claudio, a veces llega más
temprano y juntos preparamos el almuerzo, compartimos historias, escuchamos
música, contamos nuestras confidencias y reímos de buena gana. Lo quiero
profundamente, es un buen hombre y mejor amigo, su problema es que ha elegido
siempre erróneamente, su entrega ha sido sin medir consecuencias lo que ha
hecho de él un “descreído del amor”.
Llegó directo a ver la previa del partido, yo veía un
reportaje del noticiero que era importante para mi trabajo, así que le dije que
mientras terminaba, prendiera el televisor en mi dormitorio. Como a los 20
minutos lo llamé para almorzar. Fue una tarde divertidísima, gritamos como si
estuviéramos en el estadio, luego de eso partió y quedamos como siempre de
hablar por WhatsApp y vernos próximamente.
Pasaron dos semanas, y un día viernes saliendo de mi
trabajo, me dispuse a caminar un rato. Estaba un poco aburrida y quería estirar
las piernas, tomé una pañoleta que siempre tengo en caso de que refresque la
tarde y partí. Soy mujer sin temores, ni miedos, soy cuidadosa más no temerosa,
por lo tanto, no me preocupaba caminar sola de noche.
Caminé por el paseo marítimo que une dos playas, estaba
fresco y solitario, pensé en volver a mi casa y me dispuse a subir la escalera.
Cuando comencé a subir me giré a ver el mar, suelo hacerlo desde ese lugar, es
como flotar sobre él. Al final de la escalera te vi, debo confesar que me
asustó, la imagen era como un mundo paralelo. El hombre, el terno, sombrero,
¿Qué estaba pasando?, tuve ganas de salir corriendo, pero tomé una actitud de
seriedad, revisé mi teléfono, subí decidida pero expectante, sentí tus pasos a
la carrera y resuelta me di vuelta con el fin de encararte. Cuando me di vuelta
estabas más cerca de lo que pensé, quedábamos casi bajo el poste, que en
realidad era una luz miserable, te dije- ¿me estás siguiendo? - a lo que no
recibí contestación, y sin levantar la cabeza, me empujaste dejándome atrapada
entre el poste y el muro. Comenzaste a besarme, yo solo cerré los ojos, no
quería abrirlos, sabía que era mi teoría comprobándose. No quería ver al
protagonista, sentirlo ya era exquisito, sus besos, sus manos, era una
coreografía aprendida de memoria, cada gesto, cada caricia fue igual a lo
escrito.
Nos tocamos, nos descubrimos, con calentura y ansiedad, la
única diferencia es que al terminar la libido seguía insistiendo en dominar.
Nos abrazamos, esperando a que te recuperaras, quería más, ni siquiera esperé
tu venia, solo bajé hasta tu sexo y mi lengua te ayudo a recuperar la
virilidad. Lamí hasta que depositaste en mi todo el fluido que blanquearon mi
vestido, eres apasionado, eso lo suponía. Pusiste una rodilla en el suelo como
en una petición de mano, levantaste mi pierna sobre tu hombro, dejándome
abierta a tu mirada y presa de tu boca que no demoro en posarse sobre mí,
dándome el más penetrante y soberbio de los orgasmos. Mi cuerpo fue recorrido
por un rayo de luces y espasmos que me hicieron perder la noción del tiempo y
el espacio.
Nos separamos, arreglé mi ropa y partí sin mirar atrás, era un
deseo, un sueño, no había nada que decir, todo estaba de más.
Siempre supe que eras tú, que habías visto mis notas, que
mi fantasía la hiciste tuya, que compartíamos otro secreto del que nunca
hablaríamos, no era necesario ni siquiera tomar un acuerdo de mantener el
silencio, solo lo disfrutaríamos como dos desconocidos que se encuentran en
algún callejón. Espero tu libreta, ya
sabes dónde encontrar la mía…tengo muchos deseos por pedir…
Es una historia llena de matices, de escenas creativas que nos invitan a fantasear y desear. Muy bonito relato que se puede disfrutar por su narración impoluta y su calidad en el vocabulario. Elegante, erótico y exquisito. Te felicito.
ResponderEliminarMil besitos con cariño.
Tus palabras me alegran y motivan,gracias bella,besitos.
ResponderEliminarTantos pinceles y yo tela virgen...
ResponderEliminarmis pinceles están ansiosos de recorrer tela virgen...
ResponderEliminarMais que delíciaaaaaa.
ResponderEliminarAdorei, vou seguir esse
BLOG.
Beijos,
.
muito obrigado beijos para você¡¡
ResponderEliminarQue fijación con los uniformes...
ResponderEliminarCuenta tus fantasias de incesto. Quiero saber como se humedece mi pluma al untarse en tu tintero.
Don Juan.
Seudoincesto....nunca fuimos hermanos,solo muyyyy amigos'ahora más que antes
ResponderEliminarSeudoincesto....nunca fuimos hermanos,solo muyyyy amigos'ahora más que antes
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